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Hoy reservo este espacio para hablarte sobre el sistema fascial y su repercusión en la fisioterapia maxilofacial o craneomandibular.
El sistema fascial es como una red de tejido conjuntivo que se extiende por cada tejido y órgano de nuestro cuerpo. El tejido conjuntivo forma grandes ininterrumpidas cadenas fasciales o envoltorios sobre las estructuras de la cabeza a los pies y nos proporcionan control postural, función muscular y visceral, entre otras.

Es imprescindible mantener el sistema fascial vivo, ya que tiene funciones muy importantes en nuestro cuerpo:

– Se encarga de recubrir los distintos grupos musculares, se encuentran en el peritoneo para recibir todo el contenido de la cavidad abdominal, pleuras en caja torácica y recubren las meninges que forman el interior del cráneo.

– Conecta estructuras entre sí, órganos, por ejemplo, por lo que una restricción fascial puede derivar en problemas viscerales.

– Mantiene las vísceras suspendidas, es decir, tiene un papel de anclaje a través de expansiones como ligamentos de las vísceras a la pared abdominal.

– Transmisión de movimiento y adaptación a las cargas mecánicas: el impulso del movimiento diafragmático se da a través del tejido conjuntivo y tiene la capacidad de adaptarse a las fuerzas a las que el cuerpo se ve sometido.

– Los nervios, arterias y venas discurren por los compartimentos fasciales, por lo que están involucradas en la vascularización e inervación de las diferentes estructuras.

¿Cómo nos afecta realmente una disfunción del tejido fascial?

Cómo he comentado, el sistema fascial está relacionado y relaciona entre sí todos los sistemas del cuerpo. Cualquier estímulo que altere el sistema fascial, posturas mantenidas, una cicatriz, un bloqueo articular, inflamación… Puede generar un aumento de densidad del tejido fascial de esa zona, provocar restricción de movimiento y en casos más agudos, disminución de la inervación y vascularización de la zona.

El dolor miofascial músculo-esquelético es una de las principales causas de discapacidad y dolor crónico a día de hoy.

En la clínica, los casos que más relaciono con el dolor miofascial son los dolores cervicales en personas con jornadas laborales sentadas frente al ordenador.

Las fascias de la cabeza, cuello y tronco suelen estar involucradas en desajustes de la ATM por lo que son especialmente importantes en los tratamientos que realizamos con fisioterapia maxilofacial.

Las posturas mantenidas frente al ordenador, provocan un cierre de las fascias del pecho, provocando una postura en “chepa” donde la persona también altera la postura de la cabeza. Esta alteración postural facilita la aparición de bandas tensas musculares y puntos gatillo en la zona de trapecios, cervical y cervical alta y generar dolor.

Otro síndrome de dolor miofascial provocado por un cierre del pecho es el síndrome del desfiladero torácico o compresión de la arteria, vena subclavia o plexo braquial en la zona del lateral del cuello (músculos escalenos), clavícula o pectoral menor. Puede dar sintomatología en zona de hombro y brazo.

La fisioterapia maxilofacial hace una valoración global del sistema fascial, ya que cualquier restricción de movimiento fascial puede alterar la postura y afectar a la zona cervical, ATM, cráneo y provocar dolor en toda la región.

En la siguiente entrada os hablaré un poco más a fondo del sistema fascial en el cráneo, boca y cuello y su repercusión en el cuerpo