Bienvenid@ de nuevo! Hoy me gustaría hablarte de una disfunción que no siempre puedes ser consciente de que la sufras… el famoso BRUXISMO.

Lo primero, comentarte que tu cuerpo realiza dos tipos de acciones: las funcionales o que tienen un objetivo, y las parafunciones que no sirven de nada.

En este caso, el bruxismo es una parafunción ya que es la contracción involuntaria del músculo masetero (cierra la boca), sin objetivo alguno y que además hace chirriar tus dientes produciendo muchos problemas cuando se hace constantemente:

• Pérdida extensa de tejido dental
• Fracturas dentales
• Hipersensibilidad dental
• Dolor en la musculatura orofacial, disfunción masticatoria y trastornos o fatiga de la articulación temporomandibular.

Los músculos masticatorios se encuentran sometidos a sobreesfuerzos continuados dando lugar al posible desarrollo de un estado de desarmonía morfofuncional, factor de riesgo para trastornos temporomandibulares y otras patologías.

También ocurre a la inversa, cuando tenemos un aumento de la gravedad de trastornos temporomandibulares y dolor de cuello puede aumentar el bruxismo.

El bruxismo puede ocurrir durante tanto de noche como de día: El bruxismo del sueño se caracteriza por el apretamiento o rechinamiento (aislados o en conjunción) dental durante el sueño, asociado con una intensa excitación neuronal durante el sueño o microdespertares, alterando nuestro descanso. 

El bruxismo de vigilia se cree que está asociado con el estrés cotidiano, causado por responsabilidades personales, familiares o por presiones laborales.

¿QUÉ PUEDE HACER QUE EL BRUXISMO EXACERBE?

Existen varios factores que pueden provocar la actitud bruxista:

Por una parte, encontramos las anormalidades de la oclusión dental, el tipo de mordida, problemas de alineación dentaria o de la anatomía orofacial.

Por otra parte, encontramos factores emocionales como la ansiedad que nos pueden derivar a comportamientos como morderse uñas o labios, carrillos, bolígrafos etc que afectan a la mecánica de la oclusión y de la articulación temporomandibular.

Pero sobre todo, encontramos varios factores que son determinantes en el bruxismo: problemas con el sueño, la química cerebral alterada (neurotransmisores), algunos medicamentos y drogas, el consumo de tabaco y alcohol, factores genéticos y algunos traumas y enfermedades.

A pesar de que podemos mejorar el bruxismo con fisioterapia, férulas de descarga de la noche, cambios de hábitos en nuestras vidas… eliminarlo completamente es muy complicado ya que es un acto involuntario (sobre el que no tenemos control) de nuestro organismo.