La migraña es una de las “causas” más comunes que suelo ver en consulta. Por eso, es muy importante el tratamiento de la migraña por parte de un profesional. 

¿Por qué le pongo comillas a la palabra causas?

Lo primero porque muchas personas dan por hecho (autodiagnóstico) que su dolor de cabeza es una migraña. He escuchado muchas veces frases como:

— “La migraña la he tenido toda la vida”

— “Es migraña porque mi madre, abuela… Siempre han tenido migraña, es herencia chica”.

— “Sé que es migraña porque solo se me pasa si me meto en la cama y apago la luz”

— “Viendo simplemente el tiempo que hace, sé que me va a dar migraña en algun momento del día”

— “Si tomo café tengo migraña”

— “Tengo migraña cervical”

Por otro lado, he visto diagnósticos de migraña con todo tipo de clínica:

— Migraña bilateral

— Migraña pulsátil, no pulsátil

— Síntomas vegetativos pre-durante-post el momento migrañoso

Es uno de los dolores de cabeza más reptantes de tratar, ya que se han construido muchos mitos sobre la migraña en la sociedad y podemos decir que la cultura y las creencias son el factor más importante en generar dolor cuando no existe una lesión (en la migraña no hay un tejido lesionado).

Cito textualmente al neurólogo Arturo Goicoechea:

“La migraña es un dolor generado por una valoración infundada de amenaza por parte del cerebro. Es la consecuencia de un cerebro no anormal sino equivocado”.

Es decir, una persona que está convencida que un día de mucha luz o tomar café (creencia creada y que el cerebro lo percibe como amenaza) le produce migraña, seguro que le producirá migraña.

Pero, ¿realmente la luz o el café son capaces de provocar dolor?

Es importantísimo el abordaje a través de la biología del dolor para que la persona entienda cómo se genera el dolor y poder derribar las creencias sobre la migraña previamente construidas.

A veces se consigue… otras no…

Os iré dejando más entradas con información sobre el dolor de cabeza.

Si eres una persona migrañosa, espero haber podido hacerte cuestionar, al menos un poquito, tus creencias sobre la migraña.

Con cariño, Saioa